El Paisaje incluye las cabeceras de valle mejor conservadas de las cuencas mineras, modeladas por afluentes de los ríos Nalón y Caudal. A una elevada riqueza y variedad de ecosistemas se suma un estrecho vínculo con la población humana, de cuyos recursos se ha servido y se sirve para conformar en conjunto un tandem único en nuestra región.
Castillete
La Canga
Castillete
© Asociación Fotográfica Asturias a Contraluz
Es la cumbre más alta del Paisaje con 1.558 m. A ella se asciende por una ruta de montaña que parte de Les Campes. El esfuerzo se ve recompensado por la espectacular panorámica que se obtiene desde el gran arco natural denominado La Iglesiona.
Como por ejemplo los conjuntos de viviendas y hórreos de Llano Pomar (XVIII-XIX), en Urbiés y San Xusto (Mieres), el Molín de Luis (Langreo) y los molinos restaurados de Salvadora y Veró (San Martín del Rey Aurelio), y los hórreos con tallas eróticas de Soto de Llorío (XVII) (Laviana).
© Rut Diez Montes
Ecomuseo y tren minero de Samuño (Langreo). Centro del Pozu Fortuna (Mieres). Bocamina y Monumento al Minero del Prau Molín (San Martín del Rey Aurelio).
© Rut Diez Montes
Se ubica en la Casa de Baños del Ecomuseo Minero Valle de Samuño y acoge una exposición permanente sobre sus valores.
© Turismo de Asturias
El Paisaje Protegido ofrece una amplia red de recorridos para todos los niveles, que permite descubrir su diversidad y riqueza natural y cultural, a pie o en BTT.
El Paisaje Protegido de Las Cuencas Mineras constituye un territorio representativo de la cuenca carbonífera central de Asturias, con cordales montañosos, cimas de roca viva, zonas altas y medias cubiertas por bosques y pastos de montaña, mientras que las laderas bajas y fondos de valle están dominados por prados. Su variedad de ecosistemas favorece la presencia de una diversidad faunística importante.
La población, marcada con fuerza por la identidad minera pero firmemente anclada a su vez en las tradiciones campesinas, se encuentra repartida en numerosos núcleos. Sus habitantes han ido configurando el paisaje actual pues, a lo largo de un proceso histórico en el que las tareas agrarias (especialmente las ganaderas) y más recientemente las mineras, han dejado su impronta de modo evidente. Presenta una significada relevancia, por la cantidad y la calidad de los elementos que se conservan, el patrimonio industrial, sobresaliendo asimismo los vestigios etnográficos y artísticos, lo que acaba por conformar un destacadísimo y variado conjunto de bienes.
A nivel europeo, este espacio se encuentra incluido dentro de la Red Natural 2000, ya que está declarado Zona Especial de Conservación (ZEC).
El territorio, organizado en cinco valles, integra 132 km2 de las cuencas del Caudal y Nalón.
Valle de Turón (Mieres). Cabecera del río Turón, afluente del Caudal que discurre en dirección este-oeste, enmarcado por las sierras de Llongalendo y Urbiés, coronadas por los picos Burra Blanca (1.152 m) y Tres Conceyos (1.096 m).
Valle de Samuño (Langreo). Vertebrado por el río Samuño, afluente del Nalón, que nace en el cordal de Urbiés entre las sierras de La Espada y Rebullu, limitadas por el Picu Cugullu y el alto La Mozquita.
Valle de Sta. Bárbara (San Martín del Rey Aurelio). Encajado entre las Sierras de la Espina y San Mamés por el que discurre el río Sta. Bárbara desde el alto de la Colladiella hacia el Nalón.
Valles de Villoria y Raigoso (Laviana). Nacen en las montañas más altas del Paisaje y toman sus aguas de un amplio abanico de afluentes hasta su desembocadura en el Nalón. El Villoria discurre desde La Collaona (844 m) y el Raigosu desde Peña Mea (1.558 m) y La Forcá (1.556 m), nutriéndose de aguas de la Sierra del Crespón, en su límite con el Parque Natural de Redes.
La práctica totalidad del territorio pertenece a la Cuenca Carbonífera Central, con un sustrato geológico en el que predominan los materiales silíceos, como areniscas, cuarcitas y pizarras, alternando con niveles de carbón que han sido explotados de manera intensa. Por el contrario, la zona del extremo oriental se enmarca en la Región de Mantos, en la que los materiales silíceos, como cuarcitas y areniscas, se intercalan con calizas. Las principales sierras y cordales están conformadas por la dureza de las cuarcitas y calizas, mientras que los valles han sido originados por la erosión de los ríos sobre sustratos más blandos, como las pizarras y areniscas.
La vegetación del Paisaje Protegido se caracteriza por su diversidad, encontrándose condicionada por su relieve, sustrato geológico y clima, pero también, de modo sustantivo, por los usos del territorio. En las zonas bajas de los valles, en el entorno de los pueblos y en las laderas con suelos más profundos, abundan los prados cerrados por setos vivos de arbustos y árboles, estando destinados a su aprovechamiento ganadero y ocupando casi un tercio de la superficie.
En las laderas deforestadas y en las crestas se imponen los matorrales de brezo y tojo, que tiñen el paisaje de púrpura y amarillo en su floración. Las plantaciones de castaño cubren un quinto de la superficie total del territorio. Su abundancia se explica porque antaño se utilizaba su madera para apuntalar el interior de las minas y, también, por el aprovechamiento tradicional de su madera y frutos.
A pesar del intenso uso del territorio se conservan aún bosques autóctonos de interés. Los más abundantes son las carbayedas con abedules, con manchas importantes en las zonas altas del valle de Samuño y Sta. Bárbara y el Cordal de Llongalendo, así como los hayedos en la zona de El Crespón, en Laviana.
Aunque son menos abundantes, destacan por su interés ecológico las acebedas y los abedulares de la zona alta de El Raigosu. Las alisedas se desarrollan en las márgenes de los ríos y también en laderas con suelos muy húmedos, asociados a surgencias originadas por la permeabilidad del sustrato.
En cuanto a su fauna, las especies animales presentes en las Cuencas Mineras son las representativas de la media montaña del área central de Asturias. Los ecosistemas mejor conservados, como los bosques autóctonos del extremo oriental, son el hábitat adecuado para el urogallo, que los utilizó en tiempos no muy lejanos y que son de gran importancia para su recuperación. En los bosques maduros se refugian el pito o picamaderos negro y otras aves forestales como el azor. Grandes rapaces sobrevuelan este territorio con su imponente silueta en busca de comida, como el buitre leonado, el águila real o el alimoche común. En los pastos de zonas altas pueden encontrase perdices pardillas y liebres de piornal.
La disminución de la actividad minera ha facilitado la recuperación de la calidad de buena parte de los cursos fluviales. En ellos habitan truchas y piscardos, que sirven de alimento a las nutrias, que ubican sus madrigueras en las orillas con abundante vegetación. Otro habitante de sus ríos es el desmán ibérico, que con su pequeña trompa se alimenta de invertebrados en arroyos limpios de aguas rápidas. Los zorros también son abundantes junto a la garduña, el tejón y el turón, además de especies de interés cinegético como el jabalí, el corzo y el ciervo o venao. A ellos se añaden el rebeco y el emblemático lobo, en el valle del Raigosu, en el concejo de Laviana.
Las cuevas y oquedades son hábitats frágiles que acogen algunas especies de murciélagos como el murciélago de cueva o el ratonero pardo.
Es posible que los elementos patrimoniales que mejor reflejan la identidad del Paisaje Protegido sean los relacionados con la minería. De este modo, se hallan diseminados por el territorio numerosos castilletes, bocaminas, escombreras, poblados, maquinaria rehabilitada y un buen número de monumentos. Entre ellos hay un extenso catálogo de Bienes de Interés Cultural, como el Pozo San Luis y el poblado de La Nueva (Langreo), el Pozo La Cerezal o Santa Bárbara y la Bocamina del Prau Molín (San Martín del Rey Aurelio) y los pozos de Sta. Bárbara de Turón y Fortuna (Mieres).
En los espacios netamente rurales del Paisaje se conservan buenos ejemplos del patrimonio etnográfico, pequeños pueblos que no han sido sustancialmente modificados por la actividad minera y que albergan en sus caserías, hórreos, paneras, lagares o molinos. En lo referente al patrimonio histórico-artístico destacan la iglesia de San Nicolás de Villoria, con su magnífica portada románica, y la de Llorío, que posee uno de los mejores retablos barrocos de la región. Ambas se encuentran en Laviana, donde se conservan, además, los puentes medievales de Villoria y Puente d’Arcu o la Casa Natal de Armando Palacio Valdés. Se puede resaltar, igualmente, la ermita de San Xusto, en el valle de Turón de Mieres.
El patrimonio inmaterial del Paisaje se aprecia recorriéndolo pausadamente, visitando sus pueblos y disfrutando de buenas conversaciones con sus gentes, portadores de un saber hacer genuino sobre el manejo de la tierra, guardianes de su folclore y gastronomía. Surgirán sin duda de estas conversaciones relatos del pasado minero, de la dureza del trabajo y de la historia no tan lejana de los maquis o “fugaos”, que se “echaron al monte” en esta zona durante un buen número de años a causa de la guerra civil.
No olvides que te encuentras en un espacio natural protegido y que tu comportamiento puede afectar a su conservación, ten especial cuidado en no alterar el entorno ni molestar a la fauna.
Debes respetar la normativa existente, puedes consultar en este enlace el instrumento de gestión completo del Paisaje Protegido.
Además te recordamos que el Paisaje Protegido alberga especies y hábitats catalogados que cuentan con su propia normativa y que debes respetar.
Para hacer tu visita más sostenible sigue nuestro código de buenas prácticas.
Ten en cuenta que este espacio cuenta con una zonificación que has de conocer y que se representa en el mapa, ya que cada una de las zonas tiene normas específicas.
El Cadaviu, Ciañu (Langreo)
Tel. 984082215
San Andrés s/n Turón (Mieres)
Tel. 985422185
Plaza Fortuna s/n. San Andrés. Turón. (Mieres)
985422185
Entralgo (Laviana)
Tel. 985611377
Sotón, Linares (San Martín del Rey Aurelio)
Tel. 630119642 / 985661944
www.visitapozosoton.es / www.cemmineria.es
San Vicente (El Entrego)
Tel. 985663133
